En materia de seguridad, afortunadamente, las empresas han invertido desde hace algunas décadas en mejorar y poder así, disminuir el número de víctimas en accidentes de tráfico. Echando un vistazo al pasado, podemos encontrar muchos elementos de seguridad que no estaban entre el equipamiento de serie en vehículos antiguos. En la actualidad, acciones como ponerse el cinturón de seguridad forman parte del día a día entre los los millones de conductores que cogen el coche a diario. Sin embargo, existen otros que no tenemos en cuenta pero cuando la situación se pone fea, ahí están para echar un cable y ayudar frente a una colisión. No podría estar hablando de otro equipamiento que de los airbags.
Este sistema tan aparatoso tiene el privilegio de ostentar un puesto destacado a la hora de salvar vidas. Es cierto que si se trata de un golpe que entraña poco peligro y el detector que deja saltar esta especie de bolsa es muy sensible, es un jaleo tener que ir al taller para sustituirlo por otro nuevo con el consecuente desembolso de dinero pero como muy bien dice el dicho, ‘mejor prevenir que curar’. Pese a que desde Freno Motor deseamos que nunca tengas que ver como se despliegan, queremos enseñarse qué función cumple y qué debería ocurrir para que te los encuentres frente a tí.
¿Cómo funcionan los airbags?
El sistema se basa principalmente, en un circuito. En esta consecución de pasos, en primer lugar debe haber una interacción del exterior para que comience el proceso. Este ’empujón’ debería producirse a causa de una colisión lo suficientemente fuerte como para que pueda ejercer algún daño sobre el conductor y pasajeros. Una vez que alguna parte de la carrocería toca una especie de interruptor, el mecanismo se activa pasando a las siguientes fases.
Una vez que rozan ambas partes, se ‘dispara’ la segunda parte de la operación. Se trata nada más y nada menos que la interacción del actuador de la explosión con el sensor anterior. Esta parte de la operación consiste básicamente en una recepción de órdenes de estallido y su cumplimiento. Así pues, el proceso finaliza con la explosión de una especie de bolsa con el fin de minimizar los daños en un accidente.
En el vídeo anterior se puede apreciar como se realiza primero la prueba para observar qué ocurre y después, se adhiere un vaso de agua en la operación para demostrar la fuerza con la que sale disparado el objeto. Viendo las imágenes uno puede hacerse a la idea de la peligrosidad que habría si fallase mientras se conduce. De todos modos, lo mejor es confiar en estas ‘bolsas’ de color blanco, están ahí para cumplir con su acometido, el cual no es otro que salvar vidas y reducir las lesiones en los accidentes de tráfico que se producen, lamentablemente, todos los días.
Este elemento de seguridad es indispensable a día de hoy, al igual que otros como el cinturón de seguridad creado por Volvo hace ya unos cuantos años o el ABS. De hecho, esperamos que en un futuro muy próximo podamos reducir drásticamente el nùmero de víctimas en las carreteras.