Para todo aquel amante de los coches y la conducción, noticias como las aportadas por Elon Musk hace unas semanas en referencia a la conducción autónoma provoca que exista un cierto miedo de que a largo plazo manejar el volante sea toda una experiencia en extinción. Afortunadamente, las marcas saben que no es así, pero un sector como el de los camiones sí que puede verse afectado por este proceso innovador. ¿Por qué? Entra en juego la tercera pieza angular, la productividad de las empresas.
¿Por qué la conducción autónoma puede triunfar en el mercado del transporte?
El prototipo consta principalmente de un camión que a efectos estéticos no se apredian grandes diferencias respecto a cualquier otro modelo original de cualquier marca. A nivel interior y de estructura, los cambios son notorios, ya que está repleto de radares y cámaras para monitorizar todo lo que ocurre alrededor del vehículo y poder controlar de esta manera aspectos como la dirección y la velocidad.
Sin tener en cuenta el futuro incierto acerca de la mensajería a través de los drones, y teniendo la consideración además de la continuidad del transporte tradicional como envío de mercaderías, las empresas buscan lograr una mayor productividad. Si pueden evitar la contratación y los costes laborales que acarrean cada uno de los conductores, el rátio de la productividad se dispara, pudiendo trasladar esta mejora en mayores márgenes o disminuciones de precios.
¿Quién está en el primer puesto en esta carrera? Daimler. ¿Dónde se ha conseguido una prueba piloto en este tipo de conducción? En el Estado de Nevada, Estados Unidos. Un momento, algo no cuadra. ¿Por qué se ha llevado a cabo el experimento en este país si el grupo empresarial es alemán? Surgen varias hipótesis.
En primer lugar, la legislación acerca de una mayor permisividad a la hora de efectuar pruebas en carreteras públicas podría haber sido más laxa en tierras estadounidenses, teniendo inconvenientes en tierras alemanas. Aun así, el camión autónomo ha sido sometido a muchas pruebas y más de 15.000 kilómetros antes de habérselo concedido el permiso para rodar en autovía.
Otro factor clave podría ser la mayor competencia en el mercado norteamericano en el sector de venta de camiones. Este tipo de pruebas ante el público general puede ser visto como una empresa que apuesta por la innovación no únicamente en el negocio de los automóviles y por ello, que sus productos son los mejores del mercado. Cabe recordar que las principales marcas que copan los primeros puestos de ventas en camiones en EE UU son Daimler, Paccar y Volvo.
Por último, la configuración de las carreteras y autovías del otro lado del atlántico es mucho más plana y con menos curvas, elemento muy importante para efectuar pruebas que sean más seguras y fáciles de tratar en situaciones de riesgo.
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Si continúa creciendo esta tecnología, pese a que en un principio el coste de amortización será muy caro por la innovación, el camionero actual tiene un juego difícil dentro del mercado de trabajo a largo plazo y deberá reconvertirse para evitar perder el empleo. Es difícil imaginar ir por la autovía y adelantar a un camión que conduce con el modo piloto automático conectado pero hay que adaptarse a los cambios y a la rápida innovación que ocurre en la industria. Si se realiza una similitud, también era raro hace unos años pensar que un coche llamado Model S surgiese con una autonomía extensa y además fuese rápido.
Por otro lado, surgen nuevas propuestas y dudas que con el tiempo se irán resolviendo. Si la conducción mediante radares y cámaras que emiten continuamente información al ordenador principal, puede ser posible formar grandes caravanas de camiones para poder beneficiarse de las bondades de una mejora de la aerodinámica, traduciéndose éstas en una mayor productividad por la reducción del coste en combustible.