Continuamos con nuestro especial dentro de tu coche donde te contamos al detalle como funcionan todas las tecnologías que incorporan los coches modernos. Tras hablar de tres sistemas de seguridad activa con son el ABS, el ESP y el TCS, pasamos a una de las innovaciones que más han ayudado al conductor medio en los últimos años: la dirección asistida.
Desde hace más de 20 años este sistema es imprescindible en cualquier turismo y la mayoría de conductores no podrían vivir sin él. A lo largo de este artículo veremos en qué consiste la dirección asistida y sus distintas implementaciones.
Qué es la dirección asistida
La dirección asistida consiste básicamente en un mecanismo que permite al conductor girar la dirección con un menor esfuerzo. Debido a la fricción que generan las ruedas con el asfalto y la propia resistencia de los componentes de la dirección, un sistema de dirección convencional requiere cierta fuerza para ser accionado.
Los sistemas de dirección asistida introducen algún elemento mecánico que apoya al conductor en el accionamiento de la dirección, reduciendo la fuerza que este tiene que realizar sobre el volante. Este elemento de asistencia suele ser de tipo hidráulico, electro-hidráulico o simplemente eléctrico. Aunque cada implementación tiene ciertas ventajas e inconvenientes, en general todas tienen un comportamiento similar.
Una de las características más destacables de los sistemas de dirección asistida modernos es que la dureza se regula de forma automática dependiendo de la velocidad. De esta forma, a baja velocidad cuando tenemos que realizar maniobras que requieren girar muchos grados el volante el sistema ablanda la dirección. Sin embargo a alta velocidad el sistema de asistencia rebaja su potencia para dotar a la dirección de una mayor dureza que transmite una mayor sensación de seguridad y control al conductor.
Diferentes tipos de dirección asistida
Hasta hace unos años el sistema de dirección asistida más utilizado estaba basado en un sistema hidráulico o electro-hidráulico, aunque en los últimos tiempos las direcciones asistidas eléctricamente se están imponiendo en turismos gracias a su mayor simplicidad.
En lo que respecta a los sistemas de dirección asistida hidráulicos hay multitud de implementaciones, por lo que solo explicaremos los fundamentos básicos de funcionamiento del sistema. Como muchos sabréis, la mayoría de los sistemas de dirección se basan en un esquema de piñón-cremallera, estando el piñón unido al eje de dirección que es accionado por el volante. En un sistema de dirección asistida hidráulica además se aloja un pistón conectado al eje de dirección.
A este pistón le llega líquido a presión desde dos caras gracias a una válvula distribuidora, que a su vez lo recibe de un depósito. Este depósito almacena el líquido a una presión determinada gracias a una bomba y la presión se conserva dentro unos límites por medio de una válvula de descarga. La presión del líquido sobre el pistón acoplado al eje de dirección es lo que permite reducir la fuerza que ha de realizar el conductor sobre el volante para accionar la dirección. El único inconveniente de este sistema es que aumenta el consumo de combustible, ya que para mantener la presión en el depósito de líquido hidráulico la bomba requiere cierta cantidad de energía de forma constante aunque no se esté accionando la dirección.
Para solucionar el problema del consumo apareció la dirección asistida eléctricamente que solo demanda potencia cuando se actúa sobre la dirección. Los principales componentes de este sistema son un sensor de par montado en el eje del volante, un motor eléctrico acoplado al eje de dirección y un ordenador que monitorea el funcionamiento y acciona el motor eléctrico.
En el momento en el que se gira el volante, el sensor capta el torque de giro o la fuerza que se le aplica, que se envía al ordenador que acciona el motor eléctrico con una fuerza proporcional ayudando a girar el eje de la cremallera de dirección.
La principal ventaja de este sistema que es sólo consume energía cuando se acciona la dirección, reduciendo en consumo de combustible considerablemente. Su principal inconveniente es que no se puede montar en todo tipo de vehículos, sobretodo en vehículos muy pesados en los que se requeriría un motor eléctrico demasiado grande para ser integrado en el vano motor.
Además, al ser una tecnología relativamente nueva, todavía no proporciona el mismo feeling que proporciona una dirección hidráulica, haciendo que la dirección no sea suficientemente comunicativa, lo que lastra la experiencia de conducción sobretodo en coches de altas prestaciones.
Como siempre nos gustaría conocer vuestra opinión. ¿Qué os parecen los sistemas de dirección asistida? ¿Habéis conducido algún vehículo sin un sistema de este tipo?
Muy bien explicado y redactado!! Yo tengo un coche sin dirección asistida del año 93, pero aun así le veo el lado bueno de poder ejercitar los músculos del brazo cuando tengo que aparcar jaja