Las principales compañías tecnológicas del mundo están consiguiendo los permisos necesarios para poder probar las innovaciones que tienen en referencia con la conducción autónoma. Este sector futurista cada día parece estar más cerca de convertirse en una realidad y, por ello, las Administraciones cada vez pones menos problemas para conceder dichas autorizaciones.
La industria del automóvil está experimentando un cambio progresivo que se ha acentuado en los últimos años. La movilidad autónoma es una de las prioridades para las compañías premium y, políticas como las llevadas en Corea del Sur por las Autoridades sirven para darse cuenta del cambio de tendencia.
Es cierto pensar que para demostrar los posibles inconvenientes de la conducción autónoma quizás, lo más sensato, es probar las mejoras en tráfico real. Sin embargo, aún queda un arduo camino por delante. Así pues, una de las soluciones más factibles está relacionada con la creación de espacios para experimentar con todo tipo de situaciones.
K-City, el mejor ejemplo de que en Asia apuestan por la movilidad del futuro
Tal y como ha informado el diario local Business Korea, se construirá un complejo en torno a los 360.000 metros cuadrados en el que los distintos fabricantes podrán probar la última tecnología en relación a la conducción autónoma.
Contará con todo tipo de instalaciones y recreará con gran detalle el centro de cualquier ciudad concurrida. Contará con su propio sistema de semaforización y tendrá calles de varios carriles, incluyendo algunos únicamente habilitados para el trasporte público.
De esta manera, compañías como Hyundai, Kia o Samsung, podrán llevar a cabo sus proyectos en un paraje muy parecido al que podrían encontrarse, por ejemplo, en Seúl, capital del país.
Al menos de momento, hasta que acaben las obras, allá por octubre de este año, únicamente estará operativo un tramo de autopista en el que los fabricantes y demás compañías tecnológicas podrán probar sus últimas novedades en la materia. Así pues, asistencia en el cambio de carril o la regulación de la velocidad en función de la señalización deberían ser los principales objetivos de las pruebas.
Sin embargo, no será hasta mediados del año que viene cuando entre en operativa la parte más técnica del complejo. Aquí habrá edificaciones, callejuelas y un sinfín de situaciones en las que cada vehículo autónomo deberá tomar sus propias decisiones que haya ido aprendiendo con el desarrollo del proyecto.
¿Logrará este tipo de proyectos acortar los plazos de desarrollo de la tecnología autónoma? Lo cierto es que cada vez son más populares en la industria. Ford, en Estados Unidos, posee un espacio en el que prueba todo lo relacionado con esta tecnología mientras que en Michigan existe otro complejo en el que acuden las compañías para probar sus últimas innovaciones al respecto.