Motor atmosférico o turbo, una batalla por el mejor sonido

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Motor turboalimentado

A raíz de lo que nos contaba nuestro compañero Agustín el otro día con un artículo de lo más interesante acerca de las diferencias entre los compresores y turbos, he querido seguir con esta tendencia hablando sobre motores turboalimentados, pero esta vez hablaremos sobre las diferencias entre un motor turboalimentado y un motor atmosférico, haciendo ‘eco’ también de sus diferentes sonidos y lo que significa llevar un motor u otro en el pedal derecho de nuestro bugga.

En los últimos años la llegada de unas normativas de anticontaminación un tanto duras por parte de ‘nuestros superiores’ del gobierno, los diferentes fabricantes se han visto obligados a sustituir los viejos motores atmosféricos que venían utilizando -sobretodo en motores gasolina- por unos más modernos y eficientes motores sobrealimentados. Es una tendencia tanto en vehículos deportivos, utilitarios berlinas. Además de la mencionada ventaja de la contaminación y eficiencia decantando la balanza hacia los motores sobrealimentados, lo cierto es que los motores atmosféricos tienen una serie de particularidades que los nuevos motores sobrealimentados difícilmente pueden dar.

Al igual que en todos los ámbitos, ya sean automovilísticos o no, hay defensores de toda clase de gustos. Los hay que prefieren estirar las marchas hasta las 8.000 rpm mientras se escucha el rugir de un motor atmosférico en el interior de su habitáculo o los que prefieren notar un empuje o patada del turbo cuando este haga su aparición estelar.

Cuadro de un Honda s2000

Pero lo cierto es que cada tipo de motor tiene una serie de ventajas e inconvenientes, por ello, vamos a explicar primero la turboalimentación en el propulsor de un vehículo de manera sencilla.

Un turbocompresor es un elemento mecánico cuya función consiste en aprovechar la energía que generan los gases de escape al salir de la cámara de combustión, la cual hace girar una turbina que a su vez hace mover otra que comprime e introduce aire nuevo en los cilindros del motor. Por esta sencilla razón, cada litro de carburante se aprovechará de una manera más eficiente a un motor atmosférico, esta es su principal ventaja respecto a estos. El funcionamiento de éste está completamente detallado en el artículo que os he mencionado antes.

Como ya sabéis, una mayor cantidad de gases dentro del cilindro implica un mejor rendimiento de la mecánica por lo que un motor sobrealimentado, a igualdad de potencia respecto a un motor atmosférico, tendrá una menor cilindrada y consumirá una cantidad menor de combustible. Un ejemplo claro es el de la Fórmula 1 de este año 2014, en donde han sustituido los tradicionales motores V8 por unos V6 Turbo, sin dejar a un lado su potencia y su rendimiento.

Pero no es oro todo lo que reluce. Los motores sobrealimentados tienen la clara ventaja que os hemos explicado antes de que son bastante más eficientes, tanto con el medio ambiente como con nuestro depósito. Pero siempre tiene que haber un pero, los propulsores atmosféricos aún tienen que jugar sus cartas en esta batalla, una de sus principales ventajas es una mecánica mucho más pura. Los bloques atmosféricos tienen dos ventajas destacables frente a los ‘modernos’ motores sobrealimentados, una de ellas es un sonido que en muchos casos enamora y otra la suavidad de su funcionamiento, esto hace que tenga una comportamiento mucho más noble y refinado en todo su rango de revoluciones.

Reloj de presión del turbi

Por contra, los motores turboalimentados al hacer circular el aire expulsado de la cámara de combustión por una turbina, disminuyen de una forma más que notable su sonido, hasta el punto de recurrir a escapes deportivos o sistemas de audio que imitan un sonido más potente para hacernos pensar que estamos ante un motor atmosférico, que es el que hace que gires la cabeza haya por donde pase. En un propulsor atmosférico los gases de escape fluyen libremente por el tubo de escape, sin más obstáculos que el del catalizador y silenciador. Esto hace que provoque un sonido que a todo amante del automóvil le gusta, sea un motor de 1.2 litros o uno propio de un yankee, 5.5.

Explicada ya una de las ventajas de los motores atmosféricos, pasamos a la segunda, que no es otra que la suavidad de su funcionamiento, mucho más refinada que la de un motor sobrealimentado. Algunos dicen que los turbo son más divertidos de conducir, esto es porque hay un espacio de tiempo en el que por muy fuerte que pisemos el acelerador, no encontraremos toda su verdadera potencia hasta que el turbo, finalmente, entra. A esto último se le hace llamar turbo-lag. En un motor atmosférico ese retardo es inexistente, su curva de par es mucho más lineal y suave, aunque esto también depende mucho del motor en cuestión. Existen diferentes tipos de motores atmosféricos, aunque generalmente la entrega de par y potencia está en la zona alta del cuentarrevoluciones.

Sin más, os dejamos unos vídeos en lo que vais a apreciar los diferentes sonidos de los diferentes tipo de motores que hemos mencionado:

Archivado en Diésel, Gasolina, Motores, Sobrealimentación, Turboalimentacion, Vídeos
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