Para reducir la contaminación se puede atacar el problema de diversas formas pero parece que únicamente estamos teniendo en cuenta una de ellas, la producción y venta de vehículos alternativos. Es cierto, es una de las principales vías para lograr una sostenibilidad en el futuro pero esto, ¿es suficiente? Todo parece indicar que no.
Estaremos de acuerdo en decir que los vehículos diésel son los más contaminantes, más aún los que tienen más de una década a sus espaldas. ¿Qué hacemos? ¿Prohibimos de un plumazo su circulación en las ciudades? Esto está comenzándose a llevar a cabo en Delhi pero también hay que ponerse en el lado del consumidor, o sino que se lo digan a los Estados, ¡los cuales eran los primeros en fomentar la compra de los automóviles con esta tecnología!
Así pues, no queda otra que, además de incentivar la compra de vehículos menos contaminantes, gestionar el parque automovilístico actual. En términos de una conducción eficiente en ciudad, pisar el freno debería ser casi un delito. Siemens quiere ayudarte a conseguir reducir el número de veces que tienes que ir jugando con el acelerador y el freno.
Siemens quiere que en el futuro sepas cuánto tiempo queda para que se ponga en verde
¿No lo has pensado alguna vez? Ver el semáforo en rojo desde la distancia e imaginarte si quedan muchos o pocos segundos para no pisar el freno. Los ingenieros de la compañía alemana han estado los dos últimos años investigando acerca de cómo permitir a los usuarios saber cuánto tiempo exacto es el que queda para que el semáforo cambie de color. Las pruebas han sido llevadas a cabo en Newcastle, Inglaterra y se han conocido los primeros resultados.
El experimento estaba centrado en conseguir los datos referentes a dos zonas muy céntricas de la ciudad, las dos principales arterias que conectaban el centro con el extrarradio. Así pues, a través de un sistema, los conductores que participaban sabían en todo momento a qué velocidad debían circular para encontrarse el semáforo verde o rojo. De esta forma, los datos quedaban registrados para su correspondiente evaluación sobre cómo mejorar el tráfico.
¿Cómo funcionaría? Mediante el sistema comentado, se recibiría una señal que se actualizaría hasta diez veces por segundo. Este pequeño aparato instalado en el automóvil captaría la información a través de una red WLAN creada con el objetivo de mandar el estado de los semáforos a los usuarios en tiempo real. Una vez analizada mediante un logaritmo, se podría saber a la velocidad que habría que ir, siempre dentro de los límites establecidos, para lograr pasarlo en verde.
Obviamente, el principal beneficio que hay que destacar es el ahorro de combustible que se consigue al saber estos tiempos. Saber unas decenas de metros saber cuánto queda para poder seguir circulando es básico para controlar el pedal del acelerador. Una segunda ventaja de su uso en el ámbito urbano es el ahorro en emisión de partículas contaminantes, algo beneficioso para toda la población. Gracias a esta solución se podría mantener una reducción de la contaminación hasta que la explosión de los vehículos eléctricos u otros alternativos asestase el golpe definitivo a la polución provocada por los medios de transporte.