Siempre que hablamos de vehículos eléctricos nos encontramos con su mayor problema hoy en día, su poca autonomía. La batería es el cuello de botella en este tipo de vehículos, y quizás uno de los factores que más influye negativamente en los posibles compradores. Por ello, algunos fabricantes optan por una variante que trata de juntar lo mejor de los vehículos eléctricos con la autonomía de los vehículos propulsados por un motor de combustión, y esa variante son los vehículos eléctricos de autonomía extendida, los cuales os vamos a explicar en el siguiente artículo.
¿Qué es un vehículo eléctrico de autonomía extendida?
Los vehículos eléctricos de autonomía extendida son vehículos propulsados por un motor eléctrico pero que disponen además de un motor de combustión que es utilizado únicamente para generar energía y así alimentar el motor eléctrico y recargar las baterías al mismo tiempo, aumentando la autonomía del vehículo.
Esta es la principal diferencia con los vehículos híbridos e híbridos plug-in en los que el motor de combustión es utilizado junto con el motor eléctrico para propulsar al vehículo.
Cómo funciona
Mientras la carga de la batería no baja de un determinado nivel, normalmente suele ser entre el 25 y el 30 por ciento, el vehículo utiliza el motor eléctrico sin encender el motor de combustión. En el momento en que la batería baje del nivel establecido el motor de combustión entra en funcionamiento y empieza a generar electricidad.
A diferencia de los híbridos el motor de combustión no trabaja a máxima potencia sino que se limita a entregar la potencia que el motor eléctrico necesita para mover el vehículo, almacenando el exceso de energía en la batería. Esto significa que siempre va a trabajar a un régimen de giro constante, lo que provoca que su rendimiento sea muy superior al de los motores de combustión empleados en vehículos convencionales.
Hasta que el vehículo se enchufe a la red eléctrica será necesario el uso continuado del motor de combustión ya que la mayor parte de la energía generada va destinada a alimentar el motor eléctrico y la energía sobrante se almacena en la batería.
Autonomía
En el modo eléctrico, la fuerza que impulsa al coche proviene como ya dijimos anteriormente de una batería de ion litio, que puede ser recargada enchufándola a una toma de corriente, y en función de si la corriente es de 240 o 120 V se cargara en 3 u 8 horas.
Si aunamos la batería totalmente cargada a un deposito de combustible completamente lleno el coche tiene una autonomía de aproximadamente 500 km, pudiendo circular en modo eléctrico los primeros 50-60 km, entrando en funcionamiento posteriormente el motor de combustión.
La razón por la cual la autonomía en modo eléctrico se limita a solamente 50-60 km se debe a que, estadísticamente, solamente entre un 15 y un 20% de los viajes son superiores a 60 km, lo que implica que la mayor parte del tiempo uses tu vehículo en modo eléctrico, utilizando únicamente la autonomía extendida para largos desplazamientos.
Si tenemos en cuenta este dato, en la mayoría de los casos el motor de combustión no sería utilizado por lo que el uso del vehículo seria completamente eléctrico excepto los viajes puntuales que hagamos con una distancia superior a los 60 km establecidos anteriormente.
¿Es acertado este planteamiento?
Me parece un concepto de coche bastante acertado, con algúna que otra pega como pueda ser el peso ya que además de los motores eléctrico y de combustión hay que sumarle las baterías, sin embargo, debido en parte a su elevado precio, no ha tenido demasiado éxito en el mercado. A pesar de eso, la satisfacción entre los poseedores de un vehículo eléctrico de autonomía extendida es bastante elevada según las encuestas realizadas.
En España hay dos modelos que son los pioneros en este tipo de configuración, que son el Opel Ampera y el Chevrolet Volt, mismo coche bajo diferente marca. Hay otras alternativas que todavía no están a la venta como el Audi A1 e-Tron o el Cadillac ELR, e incluso BMW con su i3 tiene una versión con un motor de combustión de dos cilindros. Aun así, todos estos modelos tienen un precio de venta elevado y no están llamando la atención de los compradores.
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En definitiva, los vehículos eléctricos de autonomía extendida son vehículos diseñados para aunar lo mejor de los dos mundos, el bajo consumo y cero emisiones de un vehículo eléctrico junto con la autonomía de los vehículos de motor de combustión, una configuración muy interesante pero poco exitosa por el momento.