La Volkswagen T1 es parte de la historia del automovilismo, es un mito, una furgoneta entrañable, y que es en este 2015 cuando cumple 65 años. Son pocos los coches que son tan adorados internacionalmente como la primera Transporter de Volkswagen. Fue un icono de su época y ahora es un clásico.
El primer boceto data de 1947, cuando intentaban mantener el éxito del Beetle inspirando esta furgoneta en el mismo, tanto que comparten bastidor y motor. Se trataba de un motor de 1,1 litros que entregaba 24 caballos, y se situaba en la posición trasera. La primera versión para transporte de pasajeros podía llevar hasta ocho personas, o 6 en caso de quitar la última fila de asientos para conseguir más espacio de carga.
Seis años tras su lanzamiento en 1950, la demanda era tan grande que Volkswagen se vio obligada a crear una fábrica especial para su construcción, ya que era la furgoneta de toda una generación, de hippies o de emprendedores. Todo el mundo tenía una Volkswagen T1.
Si algo caracterizaba a la T1 es que era un vehículo extremadamente fiable, con un coste de mantenimiento bajísimo y era muy versátil, y eso enamoró a toda su cartera de clientes, que no querían altas prestaciones, solo un vehículo de transporte barato y que no se rompiera bajo ningún concepto.
Hasta el año pasado se seguía fabricando en Brasil bajo el nombre de Kombi, pero Volkswagen decidió cesar su producción con el lanzamiento la Last Edition. Han sido 11 millones de unidades en 65 años, y la familia Transporter sigue viva en la gama Volkswagen, aunque ésta poco tiene que ver con la T1 original.
Lo que sería un gran acierto es que Volkswagen volviera a revivir este mito como ya hicieron con el Beetle, estoy seguro de que tendía unas ventas realmente interesantes. A la gente le encantan los coches clásicos revividos, y el Fiat 500, el MINI o el Beetle son un ejemplo de que lo vintage premium se vende.