El Beetle es un coche que nunca se ha caracterizado por ser especialmente deportivo. Nació para ser el coche del pueblo, y volvió a las carreteras como el más cool. Así que aprovechando esos prejuicios que se tienen del Beetle, Volkswagen ha aprovechado para llevar a algunos usuarios a un circuito con los ojos vendados para que adivinen en qué Volkswagen le dan una vuelta rápida por un piloto profesional.
Como era de esperar, la mayoría de respuestas hablan del Golf GTI o el Scirocco R. La sorpresa viene cuando se enteran de que ha sido en un Beetle. La vuelta la dan en el circuito de Castellolí en Barcelona, donde se presentó en sociedad el escarabajo más picante jamás vendido.
El motor es calcado al del Scirocco o el Golf GTI, un 2.0 TSI de gasolina que entrega 220 CV y 350 Nm de par. Se trata de una mecánica capaz de catapultar al Beetle en el 0-100 km/h en tan solo 6,7 segundos y dotarle de una velocidad punta de 231 km/h. Podremos elegirlo con cambio manual para los más tradicionales, o con el famoso cambio automático DSG de doble embrague, donde los cambios de marcha y las reducciones son toda una delicia.
La verdad es que ver cómo el piloto lleva al límite al Beetle es toda una delicia, aprovecha cada centímetro del asfalto para ir lo más rápido posible. Y eso sumado a las numerosas cruzadas que se marca tirando de freno de mano —un tracción delantera nunca podría descolocar así su zaga por naturaleza—, hacen pasar a los acompañantes unos minutos de infarto.