Las marcas con más reconocimiento suelen tener una línea deportiva que se aleja de la convencional. Puede que únicamente aporte una imagen más racing manteniendo las característica del modelo original o puede que también el apartado mecánico sufra alguna modificaciones. En la actualidad, son inconfundibles las siglas RS de Audi, la línea AMG de Mercedes o el inconfundible pack M de BMW.
Tradicionalmente, siempre ha habido una cierta distancia entre ambas líneas de producción. Cambiar algunos parámetros del coche implica tener que adecuar muchos más componentes que no podrían soportar las configuraciones de fábrica. En relación a la colaboración entre los preparadores oficiales de las marcas y los propios fabricantes, han salido a la luz unas declaraciones de la cúpula de Volvo en las que aseguran que aseguran que el futuro de Polestar parece que seguirá manteniendo su propia estructura. Dicho anuncio coincidiría de forma contraria a lo sucedido con Mercedes y AMG, cuyas identidades se han solapado para desarrollar juntos los futuros miembros de la gama.
Volvo y Polestar mantendrán sus propias identidades en el futuro
Las palabras clave que han defendido la estrategia de dar poderes completos a Polestar para continuar con su propia línea de producción paralela han venido desde uno de los pilares de la compañía, propiedad de Geely Automobile, _ grupo empresarial chino que compró un paquete mayoritario de acciones al gigante Ford. La persona en cuestión ha sido, Hakan Samuelsson, el CEO actual de la compañía. Concretamente, sus palabras fueron:
Estoy dispuesto a que Polestar mantenga tanto como se posible su espíritu empresarial. Queremos que Polestar construya un patrimonio de competición y fortalezca su marca, contribuyendo a empujar los límites de la tecnología e ingeniería. La mejor forma de conseguir este resultado es que trabaje de forma independiente.
Esta estrategia busca que los ingenieros de la plantilla que trabajan en la versión deportiva no cuenten con la ayuda de los demás, sino que lo harán de manera independiente tanto en la creación de los vehículos Polestar como los del Campeonato de Turismos escandinavo. Estas noticias implican que tendrán que conseguir un volumen mínimo de ventas para que la filial sea rentable en el corto y medio plazo. Si se compara ello con el resultado que ha mostrado hasta ahora la cuenta de resultados, se puede afirmar que el reto que se tiene a partir de ahora es muy ambicioso.
Hay que recordar que la competencia alemana de esta berlina o ranchera del color azul tan característico le va a poner las cosas muy difíciles. Cuentan con el prestigio de la mayoría de los aficionados del automóvil y además tienen el reconocimiento de las marcas que los fabrican.
Cabe decir que Polestar se ha fijado un objetivo claro, superar las 1.000 ventas anuales en conjunto teniendo en cuenta todos los mercados en los que la firma sueca opera. Pese a que no parecer ser muchas unidades, lo cierto es que cada año suele alcanzar unas 750 matriculadas, por debajo de lo que se tiene estipulado para el medio plazo. Habrá que esperar para ver si los números mejoran en cuanto a los resultados tras las declaraciones del máximo organismo de la compañía.