El fabricante sueco tiene una amplia experiencia en la investigación de la conducción autónoma, donde muchos fabricantes andan trabajando con prototipos y coches de investigación.
Pues bien, Volvo está con un proyecto en manos que se aprovecha de imanes ocultos bajo el pavimento para ayudar a los coches autónomos a determinar su posición, sobre todo en condiciones complicadas, donde el GPS y las cámaras no pueden detectar bien el entorno. Estas limitaciones se ponen de manifiesto en condiciones de tiempo adversas o cuando la cobertura GPS es reducida —como por ejemplo en un túnel—.
Aquí es donde los imanes entran en juego y muestran todo su potencial, creando un carril imaginario, que guía a los coches para que conduzcan casi sobre raíles, cuando el resto de sistemas no funciona como debe.
Los imanes crean un carril invisble que delimita literalmente el camino para la posición con un desfase de menos de un decímetro. Hemos probado esta tecnología a varias velocidades y los resultados son muy prometedores. Es perfectamente posible implementar coches autónomos sin cambios en la infraestructura actual. Sin embargo, esta tecnología añade posibilidades interesantes.
Es desde luego una situación muy utópica, ya que no se sabe cómo se legislará sobre los coches autónomos y encima Volvo ya está pensando en modificar las carreteras. Y es que es algo que si llega, llegará a muy largo plazo. Lo que está claro es que no podría llevase a cabo en todas las carreteras del mundo, y quizás solo se podría implementar en túneles o en puntos negros.
Para llevar a cabo estas pruebas, el equipo de investigación de Volvo creó una pista de pruebas de 100 metros en los recintos de pruebas de Hällered, a las afueras de Gotenburgo, Suecia. Un esquema de imanes de ferrita —de 40×15 mm— se encontraba 200 milímetros bajo el pavimento, y los coches corrían por encima equipados con sensores de campos magnéticos.
Pero está claro que el sistema de conducción autónoma perfecto es aquél que no depende del entorno o de los demás coches, el que es capaz de convivir en la carretera común sin adaptaciones extrañas.
Las ventajas de este tipo de imanes no acaban aquí, porque también podrían para prevenir accidentes, facilitar la precisión cuando hay viento en la carretera, e incluso hacer un uso del espacio de la carretera más eficiente, pudiendo conseguir carriles con coches más juntos entre sí sin comprometer a la seguridad.
Sin embargo, Volvo está trabajando a fondo sobre la conducción autónoma, y ha preparado un programa piloto para 100 conductores, donde usarán los coches de Volvo para su uso diario en carreteras públicas, en la ciudad de Gotenburgo. Suponemos que habrán llegado a algún acuerdo con el ayuntamiento de la ciudad para permitir esta pequeña flota de coches que conducen solos.